Los cachorros nacen con un sistema inmune que necesita ser reforzado por la leche materna. Entonces, tras el destete, como los niveles de anticuerpos maternos descienden, se vuelven vulnerables a amenazas externas. Este periodo de vulnerabilidad se conoce como brecha inmunológica.
Por ello, potenciar los mecanismos de defensa del cachorro es fundamental al brindar protección frente a las amenazas externas y asegurar un óptimo desarrollo durante los primeros meses de vida.